SANTIAGO DE CHILE.- El Gobierno chileno reconoció ayer que trabaja junto a una vidente en la búsqueda de los cuerpos desaparecidos de 17 de los 21 pasajeros del avión militar que cayó al mar en la isla Robinson Crusoe, en el archipiélago Juan Fernández del océano Pacífico y a 700 kilómetros del continente.
"Contamos con la colaboración de una persona que está embarcada en una de las balsas", admitió el ministro de Defensa, Andrés Allamand. "No sólo estamos utilizando toda nuestra capacidad tecnológica, sino también todas las capacidades humanas y sobrehumanas que puedan existir, sin dejar ninguna pista, indicio o señal al aire. Todo lo que llega y tenga sentido lo procesamos", agregó.
El ministro destacó la utilidad de la parapsicóloga: "la información que nos da es coherente con lo que nosotros hemos recogido y sintonizado con información técnica que recogimos anoche".
La tragedia toca directamente a Allamand, ya que una de las víctimas, el empresario Felipe Cubillos, es el hermano de su actual pareja. "Sé por experiencia propia lo que siente la familia. Sé que ellos quieren que verifiquemos toda posibilidad, alternativa o esperanza", añadió.
En la isla se desplegó un gigantesco operativo de búsqueda que hasta ahora arrojó el hallazgo de cuatro cadáveres (ya fueron identificados) y algunos restos incompletos de la aeronave.
El accidente provocó especial impacto en el país porque entre los desaparecidos se encuentra Felipe Camiroaga, uno de los rostros más queridos y reconocidos de la televisión local. El animador encabezaba un equipo periodístico de su programa matinal diario, Buenos días a todos, que iba a hacer un reportaje sobre la reconstrucción de la isla después del maremoto que la azotó el 27 de febrero de 2010.
Colaboradores y amigos ocuparon ayer el lugar de Camiroaga en su programa. Tomados de las manos, de luto y con lágrimas en los ojos, la coanimadora Carolina de Moras y tres ex conductores dieron inicio a la primera edición del matinal sin el conductor y sin cuatro miembros del equipo. En tanto, el Gobierno desmintió la versión publicada por medios españoles que afirmaban que el avión siniestrado estaba diseñado para transportar sólo 14 personas y no 21. "La Fuerza Aérea nos dice que la carga y el peso estaban dentro de lo normal, e incluso algo menor", dijo el vocero oficial, Andrés Chadwick. La hipótesis sería de que el CASA 212 consumió más combustible de lo normal y tuvo problemas de inestabilidad, que le impidieron intentar el aterrizaje, tras fracasar el primero. Aparte de llevar más pasaje del previsto, en la nave se habrían cargado materiales de construcción. (AFP-Télam)